La estructura interna de Júpiter es basante sorprendente debido a que a una profundidad de 15000 kilómetros se empieza a forma un núcleo comprimido de gases nobles y hielo de unas decenas de veces mas grande que la Tierra.
Además Júpiter posee sus propios satélites naturales que en total forman 71 pero que cuatro de ellos denominados los satélites Galileanos los cuatro satélites principales son muy distintos entre sí. Ío, el más interior, es un mundo volcánico con una superficie en constante renovación y calentado por efectos de marea provocados por Júpiter y Europa. Europa, el siguiente satélite, es un mundo helado bajo el cual se especula la presencia de océanos líquidos de agua e incluso la presencia de vida. Ganímedes, con un diámetro de 5268 km, es el satélite más grande de todo el sistema solar. Está compuesto por un núcleo de hierro cubierto por un manto rocoso y de hielo. Calisto se caracteriza por ser el cuerpo que presenta mayor cantidad de cráteres producidos por impactos en todo el sistema solar.
Júpiter posee
un tenue sistema de anillos que fue descubierto por la sonda Voyager 1 en marzo de 1979. El anillo
principal tiene unos 6400 km de anchura, orbita el planeta a
122 800 km de distancia del centro y tiene un espesor vertical
inferior a la decena de kilómetros. Su espesor óptico es tan reducido que
solamente ha podido ser observado por las sondas espaciales Voyager 1 y 2 y
Galileo.
Los anillos tienen
tres segmentos: el más interno denominado halo (con forma de toro en vez de
anillo), el intermedio que se considera el principal por ser el más brillante y
el exterior, más tenue pero de mayor tamaño. Los anillos parecen formados por
polvo en vez de hielo como los anillos de Saturno. El anillo principal está
compuesto probablemente por material de los satélites Adrastea y Metis; este
material se ve arrastrado poco a poco hacia Júpiter gracias a su fuerte
gravedad. A su vez se va reponiendo por los impactos sobre estos satélites que
se encuentran en la misma órbita que el anillo principal. Los satélites Amaltea
y Tebas realizan una tarea similar, proveyendo de material al anillo exterior.
Las
teorías de formación del planeta son de dos tipos: formación a partir de un
núcleo de hielos de una masa en torno a 10 veces la masa terrestre capaz de
atraer y acumular el gas de la nebulosa protosolar,formación temprana por colapso
gravitatorio directo como ocurriría en el caso de una estrella. Estas son las
teorías principalesde la formación de Júpiter.
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